Aragón Liberal 26/09/06
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congresistas de la fe católica del Partido Demócrata apuestan por un
alegato de principios en donde se comprometen a legislar en coherencia
con sus convicciones.
Después de practicar el Partido Demócrata
estadounidense un laicismo acerado y combativo en las últimas
legislaturas, ahora tiene a bien enarbolar una nueva razón de ser que
diseña un novedoso perfil político al mostrar que la religión debe
estar presente en la vida pública por ser consustancial e inseparable
del ser humano. Ante esta postura, ya desde hace varios meses, las
intervenciones en las que los congresistas demócratas hacen
revelaciones públicas relativas a la fe que alimentan sus creencias,
son abundantes y abiertas.
Por todo ello, el senador Barack
Obama tildó de "irracional e intolerante" la actitud de aquellas
personas, políticos o no, que excluyen por principio y con
discriminación la religión de la esfera pública. No es congruente
confinar un espíritu, un sentir y una forma de vivir a las cuatro
paredes del interiorismo más oscuro del hombre.
Legislar a favor
de la vida y de la dignidad del ser humano, en consonancia con los
dictados de la enseñanza social de la Iglesia Católica y prestar
atención a las directrices acerca de los valores éticos, no solamente
es loable y plausible sino de obligado cumplimiento en aras de
construir una sociedad más justa y humana. La primacía de la conciencia
debería estar en todo caso por encima de los intereses partidistas y
consecuentemente fuera de toda lógica que incida en la dogmática
disciplina del voto.
Además, la separación entre la Iglesia y el
Estado es a toda luz compatible con el hecho de que la fe otorgue
crédito e informe acertadamente de todos los aspectos que afecten a
nuestros deberes públicos.
vicenbarbarroja