Aragón
Liberal (Enviado por: R.Q.) , 01/12/06.- El que cualquiera pueda llegar al
poder, es un gran logro de la humanidad. Zapatero, uno de los mayores
cualquieras conocido, va a lograr la gran aspiración secular de los españoles:
poner patas arriba todo el idioma.
Cuando entró la democracia,
por diversas circunstancias, sabíamos que teníamos que hacernos los memos.
Algunos han alcanzado una gran profesionalidad, como Rajoy. Otros, más
avispados, se dieron cuenta de que con este sistema político se podía ganar
mucho dinero, y se apuntaron al P$O€. Pues en un sistema basado en el disparate,
los más alucinados llevan siempre las de ganar.
Así el Instituto de
la Mujer va de triunfo en triunfo. Primero consiguieron la igualdad entre el
hombre y la mujer. Esto nos produjo una gran satisfacción. Más que nada por la
comodidad. Porque, en vez de tener que diferenciar entre Paca y Paco, llamamos a
todos Paco, y nos quitamos de problemas. Digo Paco, porque el hombre nunca ha
querido ser igual a la mujer, sino las mujeres las que quieren ser iguales a los
hombres.
Una vez conseguida la igualdad, el siguiente objetivo del
Instituto es conseguir la diferencia. Han ideado un grandioso proyecto que
consiste en modificar toda la gramática. Las palabras asexuadas, como las
preposiciones o los pronombres, tienen que señalar las antiguas diferencias
entre hombres y mujeres. "Tú", por ejemplo, deberá decirse ahora "tá" cuando se
refiera a las antiguas mujeres.
Puestos a diferenciar, también hay
que diferenciar entre ellas mismas. A este Instituto sólo pertenecen mujeres
selectas. Las que están perfectamente alucinadas.
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