
Mikel Buesa ha contabilizado un mínimo de 259 acciones de terrorismo callejero desde la declaración de "alto el fuego".
"La
cifra ha de ser mucho mayor pues se tiene constancia de que no todos
los ataques o manifestaciones ilegales se han reflejado en los medios
de comunicación y, por tanto, algunos de ellos no pueden ser
contratados al carecerse de una fuente documental para ellos."
El
mismo Buesa aprecia una tendencia claramente creciente durante los
meses de "alto el fuego" la conclusión, añado yo, es obvia: han
cambiado las formas pero no el objetivo, no la voluntad de poder ni la
capacidad de amedrentamiento. En los pueblos y ciudades de la Comunidad
Autónoma Vasca la calle es de los terroristas. "En 2004 se produjeron
19,6 acciones en promedio mensual; un año más tarde ese promedio se
elevó hasta 31,5; y el período más reciente se han registrado 28,8."
Igualmente
la violencia no se ha limitado a la quema de cajeros y contenedores
sino que se ha dirigido también contra las personas: al menos siete
policias y tres civiles han sido agredidos y sufrido lesiones de
diversa consideración, entre ellos un bebé intoxicado por humo y, algo
que debería hacer reflexionar a aquellos que esperan impacientes el
momento de recoger las nueces del terrorismo, un concejal del PNV que
resultó golpeado.
"Los daños materiales ocasionados por estos
ataques pueden estimarse en una cifra de 2.428.800 €. Es destacable la
irregularidad de dichos daños materiales, pues éstos dependen de la
naturaleza de los objetivos atacados, así como de los medios que son
empleados por los terroristas callejeros y de su efectividad. De esta
manera, el 75 por 100 de los daños contabilizados se ha producido en
los meses de septiembre y diciembre, en los que se ha dado la mayor
frecuencia de ataques contra instalaciones empresariales,
principalmente cajeros automáticos y vehículos de transporte."