Dos reflexiones, dos sonrisas pero nada abobados. Cambiemos el "circo" cambiando "los payasos".
Vivamos y no nos obsesionemos.
Os reenvío un mensaje de fe en uno mismo y en los demás basado, se dice, en palabras de Charlot.
No es malo recordar sentires que todos conocemos pero que con frecuencia olvidamos.
Me
he prometido colaborar en lo posible en mejorar este medio caótico en
el que nos ha tocado vivir; pero sin crisparme y... sin crispar; aunque
eso sí, sin renunciar a la defensa; no soy de los que pone la otra
mejilla si me he sentido abofeteado.
Y,
además de agradecer a Ángel el que nos invite a sonreir y ver lo bueno
de la vida, que "no está en los políticos ni en la política",
trivialicemos a esos personajes que hacen lo que Charlot hacía por arte
y ellos por imitación.
Señoras y señores, que no estamos en un circo sino llevando el barco de la vida camino de ¿la felicidad?