
ATH. de Bilbao 1 - R. Zaragoza 1
Fútbol físico 1 - Fútbol de creación 1
El Real Zaragoza manifiesta mejoría en su juego, pero sigue obteniendo escasos réditos de su fútbol. Han transcurrido tres jornadas y de nueve puntos disputados, ante rivales asequibles, tan sólo se han sumado dos. Esa es la prosaica realidad.
Los primeros compases del encuentro mostraron a un Bilbao tan aguerrido, peleón y entusiasta como escaso de excelencias técnicas. Con esas herramientas consiguió arrinconar al R. Zaragoza a base de empuje. A pesar de lo dicho todo estaba por determinarse.
El devenir se trastocó cuando Susaeta, a los diez minutos, lanzó una falta, el portero zaragocista quedó petrificado y el balón entró casi por en medio de su portal. ¡Menuda cantada!. Otra vez la jugada desgraciada y ... ya se sabe.
El R. Zaragoza huBo de tomar la inciativa y empezar a combinar los sucesivos asedios al área bilabaína. En uno de ellos, mediante una jugada trenzada de manera sobresaliente, Diego Milito, en el minuto 16, consiguió a poner en el marcador el empate para el Zaragoza.
Los minutos restantes del primer tiempo, así como buena parte del segundo, contemplaron como el R. Zaragoza dominaba y controlaba el juego con mayor eficacia técnica. Los atléticos respondían con furia y entradas, en ocasiones violentas. Pudieron los blanquillos haber inclinado el resultado a su favor de haber aprovechado varias clarísimas oportunidades.
En los minutos finales, el Athletic volvió a la carga y el R. Zaragoza comenzó a mostrar el declive físico acostumbrado, en estos incicios. Fue entonces cuando Echeverría, con todo a su favor, no consiguió introducir en la portería el gol del triunfo para el Athletic. En esta ocasión César resolvió magistralmente la papeleta. El partido se hallaba en sus últimos trámites y las tablas se consumaron sin mayores incidencias.
El R. Zaragoza va desperezándose de una pretemprada poco útil, pero no gana. Una victoria se hace ineludible ya.
JOSÉ MARÍA AIGUABELLA AISA