Javito y sus hoplitas helenos, desde su modestia, desde su indigencia futbolística, ante un rival que potenciaba sus limitadas condiciones, supieron aprovechar las debilidades zaragocistas, para dejar a la Sociedad Anónima aragonesa en el anonimato europeo.
Esta yuxtaposición de futbolistas, amontados sobre la hierba por Víctor Fernández, está como si no hubiera hecho preparación de pretemporada. Tam cuam tabula rasa tienen los técnicos a esta plantilla, que constituye una colección de deficiencias de las que va a ser muy difícil recuperarse a toda prisa a la vez que sin pausa.
Un grande y un modesto, Barcelona y Aris respectivamente, han dejado a la vista la debilidad del Real Zaragoza en esta temporada. ¿Qué queda del argumento de que esto no ha hecho más que comenzar? ¿Tal vez creían que era un inicio que no tendría fin? Pues, se acabó. Ya llegó el desahucio continental.
Tras dos meses de recorrido hay déficit físico, la fortaleza mental no existe, la estrategia no se ve. ¿Quién es el responsable de tener al equipo a punto a su debido tiempo?. Tarde o temprano tendrá que responder porque esto pinta mal.
En fín, ahora toca hacer de la necesidad virtud. Que si así se podrán centrar en la liga. Que si …
Lo de ayer no fue un accidente. Si las cosas hubiesen apuntado bien hasta el momento, cabría hablar de percance. Cuando el trazado futbolístico desde el inicio sigue la senda de la mediocridad, el suceso resulta ser consecuencia más que probable.
Ya han salido los bomberos institucionales a apagar el incendio y los maquilladores de cámara a empolvar con sus pócimas y afeites baratos la tozuda e impertinente realidad. Cada cual compra el traje que puede o le gusta, pero quien elige ataviarse con vestimenta invisible, luce como el R. Zaragoza ante el Aris, en pelota picada.
Estábamos entre los llamados, pero no ya no figuramos entre los elegidos.
Señor abonado, el Domingo, ya sabe, Levante… las manos.
¡Que pena de temporada!.