31.12.2007. De Aragón Liberal.
Fin de año. No sólo cuestión de calendario
Por: Javier Peña
¿Podemos
mejorar? Al iniciar un año será bonito averiguarlo, porque somos
capaces de cabalgar sobre la fantasía de otras dimensiones o creer en
una sociedad robotizada y no comprender que la batalla se libra en
nuestro interior y es devastadora, con víctimas incontables.
Quiero ser libre
Con sinceridad, ¿podemos
mejorar? Para cambiar hay que saber en qué y cómo. También es necesario
estar dispuesto. Al iniciar un año será bonito averiguarlo, porque
somos capaces de cabalgar sobre la fantasía de otras dimensiones o
creer en una sociedad robotizada y no comprender que la batalla se
libra en nuestro interior y es devastadora, con víctimas incontables.
Es cómico o
profundamente trágico que estemos preocupados por la suerte de los
percebes o de la ballena azul y no veamos que es, en el campo de los
conceptos, donde naufragamos. Una danza macabra sobre millones de
cadáveres. Muertos antes de nacer o muertos vivientes, zombies. Uno de
estos espirales de decadencia comenzó con el materialismo dialéctico
moderno y se afincó en la sociedad de consumo que surgía de la gran
guerra, cansada de sufrir y deseosa de disfrutar a cualquier precio.
Todo es para gozar, desde lo más profano a lo más sagrado, hasta
llamarle amor a lo que es sólo placer. Aquel mayo francés, el amor
libre y otras mil formas de envilecernos son el origen de la actual
devastación de los criterios morales.
Un hombre amoral que lo
mismo defiende su ecosistema, que destruye a su descendencia, olvida o
da el pasaporte a los ascendientes y se desvincula de todo compromiso
real; que sólo vive el momento presente, como nos muestra "El club de
los poetas muertos", adorando el mítico "Carpem Die". Una escalda a las más abominables transgresiones de la propia naturaleza.
Esto es demoledor y
sería como para darse de baja en la raza humana, si eso fuera posible.
También puede ser el punto de inflexión para renacer desde las cenizas de una civilización de muerte a otra de vida y esperanzas.
Esto requiere de esforzados que luchen en esta guerra oculta que
sostiene la humanidad. ¿Será el 2008? Esperemos que sí y que sea un año
feliz.
Javier Peña Vázquez * Málaga